“Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid” …y es que Joaquín Sabina , pocos años después de la muerte del general Franco, terminó su exilio político en Londres y regresó a España. Después de finalizar el servicio militar obligatorio en Mallorca, se instaló para siempre en Madrid, una ciudad cuyos habitantes, calles, bares y músicos van a ser una inspiración fundamental en su carrera musical. Su primera casa la tuvo en el barrio de los artistas de Madrid, el barrio de La Latina, en la calle Tabernillas (que significa bares pequeños), sin duda un buen nombre de calle para que viva en ella Sabina. Empezó a tocar con los músicos Javier Krahe y Alberto Pérez en el sótano del bar la Mandrágora , canciones inspiradas en el estilo del cantautor francés Georges Brassens . Joaquín Sabina comenzó a tener bastante éxito como músico en bares con música en directo y en salas de concierto, viviendo